Posts Tagged 'Salmon'

¿Qué son las Steelhead?

Mi contacto con las Steelhead comenzó de una forma curiosa. A comienzos de los ‘80 me encontré con un artículo en una revista de pesca editada y producida en Chile, que titulaba orgullosamente “Vuelve la Stealhead (sic) a Chile”. La traducción directa me sugirió un nombre curioso – por decirlo así – para un pez. Leyendo el artículo me enteré de este pez, cuyo atractivo principal era ofrecer unas peleas titánicas con los mosqueros suficientemente hábiles (o afortunados) como para engancharlas.

Pasaron los años y mi afición por la pesca con mosca se intensificó durante mi época universitaria. Continué leyendo acerca de la Steelhead en revistas de EEUU y comencé a generar aún más interés, aumentado con algunos videos de la serie Mastery de Scientific Anglers, donde pescadores como Lani Waller y el reconocido Jim Teeny, daban rienda suelta a sus técnicas para capturas peces simplemente formidables.

En esta época escuché algunos reportes de steelhead en el sur de Chile, particularmente en la zona del Río Puelo. Siendo la primera mitad de los ’90, tanto la cantidad de mosqueros como los espacios para compartir datos, eran extremadamente limitados y mi fuente de investigación se concentraba en el hall principal de la desaparecida tienda de pesca con mosca Andean Trout Angler, en Alonso de Córdova.

Aprovechando mi formación científico-ingenieril y mi particular interés por investigar todo tipo de temas, decidí averiguar algo más, por lo que partí llamando al Servicio Nacional de Pesca.

–          “Buenas tardes. Estoy interesado en conocer algo más del registro de Steelhead que puedan tener en Chile”.

–          “¿Stil-qué? Un momento, le voy a pasar con el área que entiende de biología”.

… un par de traspasos de llamada adicionales y llegué con alguien quien logró entender de qué hablaba, pero que confesó “… lamentablemente no tenemos datos de sus poblaciones o de los lugares en que se encuentran”.

Entiendo que esta cantidad de información ha cambiado en la versión moderna llamada Sernapesca, pero confieso que no he vuelto a hacer la llamada, ya que las redes virtuales de comunicación han permitido que el mundo de los mosqueros haga un reporte más completo y práctico para el interés comunitario.

Durante el resto de la década tuve la oportunidad de pescar varias veces el mismo Río Puelo y otros pequeños ríos que desembocan en el mar, en especial en la zona de fiordos encontrándome con más de alguna Steelhead en esas oportunidades. Pero la identificación correcta quedaba pendiente.

Pero mi principal encuentro con una Steelhead fue precisamente en sus tierras de origen: la Costa del Pacífico-Noroeste de EEUU. Partí precisamente buscando steelheads en los tributarios del Sandy River, muy cerca del pueblo de Welches, en Oregon, como el particular Salmon River, apenas 5 minutos en auto desde Welches. Llegué a orillas del Salmon y comencé a recorrer el río, que en ese momento se encontraba en pleno desove de Chinooks, lo cual de por si, fue un espectáculo. De pronto, una sombra distinta se posicionó en un pedazo de corriente apenas a unos 5 metros de donde yo estaba. Lancé la mosca, casi sin línea, y la Steelhead la tomó de inmediato, iniciando una carrera explosiva digna de las más fantásticas leyendas de la zona. Luego de apenas 1 minuto de pelea, la mosca salió de su hocico y por la tensión línea-caña que tenía, terminó a 5 metros de altura en uno de los árboles de la orilla del río. Fue un minuto de adrenalina pura que me demostró con claridad la potencia de estos peces cuando están retornados en el río.

Steelhead del Río Puelo, en Sur de Chile

Una de las reconocidas Steelheads del Puelo, aunque varias son directamente escapadas de las pisciculturas del Estuario de Reloncaví, apenas unos pocos kilómetros río abajo de donde tomé esta foto, o descendientes de éstas. (Foto: Rodrigo Sandoval U.)

¿Qué es una Steelhead?

Científicamente hablando, la Steelhead es nada menos que una Oncorhynchus mykiss. ¿Les suena el nombre científico? Es el mismo nombre científico de la ultra-conocida Trucha Arcoiris. ¿Error o casualidad? Ninguna de las dos. Es la misma especie. Lo repito, por las dudas: ¡es la misma especie!

Se trata de un linaje dentro de las truchas arcoíris, que en lugar de hacer su vida completamente en aguas interiores, la Steelhead migra al mar al igual que las diferentes especies de salmones, alimentándose y creciendo con tasas totalmente distintas al resto, volviendo a desovar a su río de origen. En forma similar al Salmón del Atlántico, con el cual se determinó que no está directamente emparentada – a diferencia de los del Pacífico, que son de la misma familia de la Arcoiris – la Steelhead es capaz de volver a desovar varias veces.

¿Cuál es la gracia? Imagínate que el primer desove ocurre entre los dos y cuatro años de edad, creciendo con alimento marino. El segundo vuelve a ocurrir otro par de años después. Saca la cuenta de qué tan grande puede ser una Steelhead retornando a desovar por una 3ª vez (y seguramente final). Imagínate también esa gran Steelhead con toda la energía acumulada de su alimentación marina, dispuesta a desovar y atacar cualquier intruso (o mosca atractora) que se le cruce por delante.

Steelhead de los fiordos australes de Chile

Una tremendamente robusta trucha atrapada en el Río Aldunate, en los fiordos de Aysén. Cayó atraída por un streamer con mucho flash, tal como se usa en la pesca de steelheads en Canadá. El pescador, originario de British Columbia en Canadá, justamente fue testigo de la equivalencia de pesca entre sus tierras y estos remotos fiordos australes. (Foto: Rodrigo Sandoval U.)

Steelhead versus Arcoiris migratoria

Desde que comenzamos a frecuentar los fiordos, a fines de los ’90, aparecieron en el mapa truchas Arcoiris muy peleadoras y muchas veces bastante plateadas. La primera conclusión podría clasificarlas como Steelhead, pero no existiendo registros oficiales ni muestras de ADN, no existe manera de confirmarlo. ¿Por qué podrían ser steelheads? En esencia, porque son truchas que han pasado tiempo evidente en el mar. Más aún, varios de los ejemplares que se capturan en estas zonas evidencian aletas gastadas producto de su paso por pisciculturas. En otras palabras, son steelhead forzadas al mar. Pero a diferencia de las steelhead normales, estas entran al río y vuelven al mar intermitentemente, muchas veces dependiendo de los drásticos cambios de marea, haciendo que un estuario de agua salada en marea alta, se transforme en un declarado río de aguas dulces en marea baja, con diferencias de hasta dos o más metros entre mareas.

Por ello, varios pescadores hemos decidido conjuntamente hablar de Arcoiris migratorias en lugar de steelheads, ya que no existe un comportamiento de retorno al río de desove en esas truchas.

Pescando Steelheads

La pesca de steelheads normalmente se asocia a las mismas técnicas, equipo, y moscas que para los Salmones del Pacífico. En general, recomendable es contar con un equipo de caña+carrete #7 a #9, con líneas flotante y en especial, de punta de hundimiento. Líderes gruesos, al menos un 1x, e incluso más gruesos en ocasiones. Las mocas, típicos streamers salmoneros.

Steelhead de los fiordos australes de Chile

Otra corpulenta steelhead capturada en el Río Matte, en los fiordos de Aysén, que cayó tentada por un streamer muy vistoso. Su cuerpo extremadamente grueso, evidencia el aporte energético de la alimentación marina. (Foto: Rodrigo Sandoval U.)

En mi caso particular, he logrado éxito con diferentes streamers, destacando uno que diseñé en una de las múltiples visitas a los fiordos: la Sando Sardine, que me permitió capturar nada menos que 4 truchas en un estuario, en los 5 primeros lanzamientos con el patrón recién diseñado.

La forma de presentar la mosca puede ser simplemente el clásico Downstream Swing, que consiste en lanzar la mosca perpendicular a la corriente, dejarla que derive y se vaya hundiendo y cuando la línea se estire, mantener la tensión para que la mosca haga un lento recorrido transversal a media profundidad. El siguiente video muestra una serie de escenas de clásica pesca de Steelheads en la costa Noroeste de los EEUU, justamente de donde son originarias.

Una técnica más llamativa y espectacular es la de hacer patinar la mosca en la superficie. Esto se logra gracias a moscas secas grandes y atractoras, de alta flotabilidad, que son paseadas por la superficie. El siguiente video muestra esta técnica y la reacción de las steelheads.

Conozcan el Spey Casting

Estoy lejos de ser un experto en Spey Casting. Es más, nunca lo he intentado, pero he visto y leído la suficiente información instructiva para entender la mecánica general, aún sin aplicarla. Por la misma razón, me pareció interesante proponerles revisar esta técnica de lanzamiento, con cañas extremadamente largas y potentes.

Mi interés en esta alternativa nació a durante los ’90, cuando leí algunos artículos respecto a estas cañas y el lanzamiento, a esas alturas, tan popular en la pesca de salmones en Gran Bretaña e incluso en la costa Este de los EEUU. Muy poco después, me tocó un contacto directo en una corta visita por el día al Deschutes Lodge, a orillas del mismísimo Río Deschutes, en Oregon. En esa visita coincidí con el dueño del lodge, quien luego de una coloquial conversación, se acercó a un bolso de cañas, curiosamente grande para mi conocimiento, y sacó una hermosa y larguísima caña Spey R.L. Winston. Actoseguido, desde la misma terraza del lodge y tomando la caña con las dos manos, ya que cuenta con un mango extendido para poder hacer esto, comenzó a hacer unos lanzamiento en seco, que asemejando bastante la técnica del Roll Cast, lanzó la punta de la línea a unos 20 metros sin mayor esfuerzo. Eso fue sólo una demostración. Impresionante demostración para mi al menos.

Hoy en día el interés crece y esta técnica ya llegó a esta parte del mundo, en especial con los pescadores que visitan el majestuoso Río Grande, en Tierra del Fuego. Más aún, una reciente conversación en la Comunidad de RiosySenderos.com, permitió a un miembro compartir un excelente dato de Spey Casting en Argentina: www.speycasting.com.ar.

Entonces, el Spey Casting llegó ya hace un tiempo para quedarse. Una alternativa que vale la pena conocer, por lo que los invito a ver este video a continuación, que me pareció que captura la esencia estética de esta técnica en excelente forma.

El Origen de las Truchas en Chile

En mis primeros años de dedicación a la pesca con mosca, me topé con un artículo que hablaba de las características físicas de las truchas, y por qué éstas las hacían el pez ideal para la pesca con mosca. De hecho, la declaración que encontré es algo así: “la trucha, el pez diseñado para la pesca con mosca”. Esta frase, desde cierto punto de vista, resulta un poco agrandada si pensamos que las truchas habitan los ríos y lagos desde antes que desarrollásemos la civilización como la conocemos ahora. Pero finalmente va a un punto que sigue siendo válido: son muchas las características – en especial en relación al comportamiento – de las truchas que hacen que la pesca con mosca sea una actividad muy armonizada con estas especies.

Por esta razón, desde tiempos inmemoriales, los seres humanos hemos buscado capturar a este grupo de peces, principalmente de agua dulce, si bien en un comienzo como alimento, hoy en día, por deporte.

El otro dato interesante es que ninguna de las especies de truchas que hoy tan bien conocemos y buscamos en nuestros ríos y lagos en Chile y Argentina, es originaria de ellos. Todos los ejemplares que hoy vemos son descendientes de siembras con diferentes propósitos que se hicieron hace más de un siglo.

El origen de las truchas chilenas

Las primeras truchas aparecen a fines del siglo XIX, específicamente en 1880, cuando en los alrededores de Lota, en la Región del Bío Bío, específicamente en el río Chivilingo, aparecen las primeras ovas de la llamada “trucha común”, tal como se la conocía en Europa y que hoy denominamos trucha “fario” o “marrón”. Esta aparición no fue casualidad y se debió a la motivación de los empresarios del carbón, quienes vieron en las aguas chilenas una oportunidad de replicar su afición por la pesca con mosca de truchas, que tanto disfrutaban en el Hemisferio Norte.

Fue recién en 1900 que el gobierno chileno toma la iniciativa con tres especies: la trucha Arcoiris, las trucha Fario, y el Salmón del Atlántico, resultando – entre otras instancias – de la piscicultura de Río Blanco, que funciona hasta el día de hoy con el mismo propósito.

Diversos proyectos, muchos de ellos con intereses industriales privados, se fueron sucediendo en las siguientes décadas, dando origen a las poblaciones de truchas que habitan prácticamente en todas las aguas interiores chilenas, inclusive desde los pequeños arroyos altiplánicos en la región de Arica y Parinacota, hasta los fiordos más recónditos del extremo austral Americano.

Las especies de truchas encontradas en Chile hoy en día

Trucha Arcoiris, introducida en Chile para la Pesca con Mosca

Trucha Arcoiris - Nombre científico: Oncorhynchus mykiss

Podemos concentrarnos en tres especies de truchas principalmente, dejando fuera las especies de salmones que también coexisten en gran parte de Chile. De estas tres, posiblemente las más reconocida es la Trucha Arcoiris, cuyo nombre científico Oncorhynchus mykiss, representa diferentes variaciones de la misma trucha, algunas que incluyen la capacidad de migrar hacia el mar y volver al río a desovar, al igual que sus parientes salmones. Es reconocible por su cuerpo mayormente plateado, adornado por una franja roja con diferente intensidad dependiendo del entorno y estado hormonal, así como unas pequeñas manchas blancas aumentando hacia el dorso que se presenta totalmente oscuro. Para muchos pescadores esta trucha se comporta diferente a otras, destacándose como una activa cazadora, prácticamente a todas horas del día, y también por su acrobática energía, saltando fuera del agua para liberarse del anzuelo.

Especie de trucha marrón o fario introducida en Chile para la pesca con mosca

Trucha Café, Fario, o Marrón - Nombre científico: Salmo trutta fario

La Trucha Café, Fario o Marrón – como se le llama en Argentina y también en Chile – se identifica en otra línea, con nombre científico Salmo trutta, y se distingue por su colorido que incluye un dorso oscuro y cuerpo de tonos café, con puntos grandes, algunos de ellos rojos, un en varios casos, una tonalidad amarilla intensa en el resto del cuerpo. Para los pescadores se la valora por su instinto acechador, a veces apareciendo de la nada entre troncos hundidos, para atacar con violencia una mosca bien presentada.

Especie de Trucha de Arroyo introducida en Chile para la pesca con mosca

Trucha de Arroyo - Nombre científico: Salvelinus fontinalis

La tercera especie de trucha, siendo muchísimo menos frecuente, es conocida como Trucha de Arroyo, pero oficialmente no es una trucha, sino que un salvelino. Los salvelinos son una tercera línea dentro de la gran familia salmonídea, siendo pariente de truchas y salmones. Este grupo tiene diversas especies, siendo la del Salvelinus fontinalis, la única que se encuentra en el Hemisferio Sur, precisamente conocida como la “Fontinalis” en Argentina. Su escasa presencia se debe a que requiere de condiciones extremadamente especiales para sobrevivir, como cierto rango de temperaturas de agua y un nivel de pureza, que permite que sea una referencia para identificar cuerpos de agua con mínimo o nulo nivel de contaminación. Su coloración destaca un cuerpo donde predomina el verde desde el dorso hacia el abdomen, con manchas de color claro y en ocasiones con un vientre de color naranjo o rojo, el cual se acentúa en la época de apareamiento. Es un pez hermoso de observar.

Personalmente encuentro atractivo en cada una de estas especies, teniendo el privilegio de haber encontrado ejemplares de todas las especies en las más diversas ubicaciones y condiciones. Aún más, recuerdo un único pequeño lago en las cercanías de la localidad de La Junta, en plena Carretera Austral, donde tuve la oportunidad de pescar lo que se conoce como un Grand Slam, que consiste en capturar ejemplares de las tres especies en un mismo lugar y misma jornada. Fue una sorpresa genial y memorable, ya que me dio la evidencia de que estas especies pueden coexistir y demostrar la riqueza de las aguas de nuestro sur.

Rodrigo Sandoval
Staff RiosySenderos.com

Aspectos técnicos y éticos de enfrentarse a peces trofeo

En este post pretendo resumir algunos aspectos que han salido a la luz en conversaciones que he tenido con diferentes pescadores con mosca, a la luz de un breve reporte de pesca de Chinooks que hice hace unos días en la Comunidad RiosySenderos.com. Para resumir, mencioné que hace pocos días me tocó ver a un buen amigo enganchar un Chinook monstruoso que finalmente le cortó mosca y línea, sin posibilidad de ganarle. Luego, salió a discusión el calibre del equipo adecuado para enfrentar tales situaciones, lo cual conversé con otro par de amigos.

Así, llego a este post, con la idea de enumerar algunas condicionantes que recomiendo tener en cuenta antes de enfrentar la pesca de peces trofeo, ya sean chinooks, o truchas grandes, o más aún, algunos peces de agua salada.

Partamos así: la mayoría de los pescadores, tarde o temprano (o siempre) sueña con poder enganchar un enorme trofeo. Nos llegan a veces fotos de otros pescadores sosteniendo peces de tallas fabulosas para la especie en cuestión y eso alimenta nuestra ansiedad de vivir tal experiencia. En ocasión, se dan algunas condiciones y nos encontramos frente a frente lanzando nuestra mosca en aguas habitadas por algunos de estos leviatanes.

Resistencia o Potencia del Equipo

Hay una definición original que sigue siendo válida: el número (o rigidez y potencia) de una caña es determinada por la mosca y distancia a lanzar, más que por el tamaño del pez que se pretende enganchar. Sin embargo, esta validez se ajusta a ciertos rangos. Es decir, si vamos por truchas medianas, lo esperable es que estén entre 1 y 3 kgs, por lo que una caña hasta 4 es capaz de manejar. Es decir, si te enfrentas a un río con truchas de entre 1 y 2 kgs, con una caña 4, lanzando pequeñas Adams o ninfas, seguramente andarás bien. Pero si en el proceso tienes la suerte (mala o buena) de que la marrón terrateniente del pozón, que llegó a los 7 kgs, pica, entonces la excitación puede transformarse en pánico, sobre-exitación y una gran variedad de sensaciones conducidos por adrenalina que cada humano (viva la diversidad) maneja de diferente manera.

En cualquiera de los casos mencionados, cuando un pez notoriamente más grande que lo que se espera y pelea con un equipo posiblemente subdimensionado, pueden ocurrir dos cosas: o se corta la mosca (el líder o incluso, la línea) , o logras traer el pez, pero con mucho esfuerzo y demorándote más de la cuenta. En estos dos casos, el pez sale dañado: al menos con un nuevo piercing que puede transformarse en una infección, o peor aún, morir por no recuperarse del esfuerzo excesivo y exceso de ácido láctico en su organismo.

Caso particular: tippet demasiado delgado

He escuchado a varios mosqueros – particularmente extranjeros – evidenciar una particular fascinación por pescar con el tippet más delgado que se pueda. Si bien hay casos en que la claridad de las aguas conjugada con una extrema precaución de las truchas fuerza a disminuir el tippet, creo que es mejor recurrir a tippets más sofisticados, como de fluorocarbono y no más delgados, ya que esto permite la solidez y resistencia del conjunto para acortar la pelea al máximo posible.

El mensaje correcto es: acortar la pelea lo más que se pueda, para maximizar las posibilidades de supervivencia del pez, y evitar cortes de línea/líder, en que la trucha sale con mosca enterrada y en algunos casos, con restos de líder y línea.

Entonces, algunas recomendaciones de sentido común:

  • Utilizar un equipo adecuado a las posibles capturas, incluso pensando en que en el mejor de los casos, se enganchará al trofeo del lugar.
  • Utilizar el tippet más resistente posible que no afecte la selectividad de los peces.
  • Hacerle mantención periódica a las líneas. Reemplazar aquellas que se ven muy maltratas y con posibilidad de cortarse.
  • Hacerle mantención a líder y tippet, renovando pedazos muy gastados, así como asegurarse de usar buenos nudos.
  • Cuando la trucha grande pique, aún cuando la tentación de disfrutar una larga pelea exista, hacerla lo más corta posible. En buen chileno: «siempre hágala corta».

El Lugar para Pescar

Aquí me refiero a ubicarse en un lugar adecuado dentro del lago o río. Particularmente río. En lago, casi siempre es posible pelear con comodidad una trucha en las secciones más profundas. En el caso de un río, frecuentemente es posible encontrar un largo recodo que es difícil de manejar, cerca de un sector más bajo y de poca corriente que ofrece mayores garantías para pelear un pez grande. Si el caso es que se espera tener una pelea con un enorme pez, como es el caso de los chinooks, no sólo pensar en dónde pueden estar y dónde pueden picar, sino que conjugar ese tipo de lugares en las cercanías de otro que permita pelear al pez con mejores condiciones (normalmente ubicado corriente abajo).

Por sobre todo, evitar lugares donde la orilla esté cortada a pique o donde se esté lanzando desde un punto donde el pescador no podrá moverse. Por ej, desde una roca grande, desde un tronco de difícil acceso. Si se engancha ese anhelado trofeo, la posibilidad de pelearlo bien disminuye considerablemente desde esa posición.

Conclusiones

En mi caso personal, me encantaría pensar que siempre he tenido conciencia de las condiciones con las que enfrento la pesca. En gran parte de las ocasiones no me he topado con trofeos que desafíen mi equipo o mi capacidad de pelea. Incluso en los casos de pesca de salmones, me ha tocado enfrentarlos siendo consciente de su presencia y por ende, con el equipo adecuado.

La excepción podría ser justamente la historia que menciono al comienzo, en la cual nos enfrentamos a Chinooks de una talla promedio excepcional y en un lugar que no ofreció demasiadas garantías. En mis experiencias anteriores pescando Chinooks en el mismo río, me había topado con ejemplares de un promedio de 8 a 10 kgs, en sectores con riffles y recodos de menor profundidad, haciendo de las maniobras de pesca algo más simple. Sin embargo, pude ver en esta ocasión, que un Chinook que se acerca a los 20 kgs, que la pelea es totalmente distinta, particularmente en un río con mayor caudal que en la vez anterior.

Un equipo #8, como el que yo contaba, definitivamente no es suficiente para lograr ganarle a uno de estos gigantes con determinación. Si bien hay una serie de técnicas que facilitan la pelea para el lado del pescador, el enorme pez tiene todas las de ganar si finalmente decide irse hacia la corriente principal, como ocurrió en ese caso con Patricio.

Creo que un equipo #10 estaría mejor preparado para «doblarle la cabeza al salmón», como mi buen amigo Rodrigo Saelzer me comentó. Totalmente de acuerdo.

Sin duda, dejo abierto el canal de opinión a los visitantes. Es totalmente posible que la experiencia de cada uno pueda aportar antecedentes que completen esta perspectiva personal.

Rodrigo Sandoval
RiosySenderos.com