Truchas en Otoño (zona central)

Para todos los mosqueros fanáticos de buscar truchas en Chile, quedan apenas un par de semanas de temporada, por lo que varios barajan alternativas diversas para atacar estas últimas ventanas de tiempo para probar suerte con nuestras moscas.

Varios apuntan al fin de semana alargado, de 4 días, incluyendo el próximo Martes 1° de Mayo, aprovechando de recorrer los puntos australes más significativos.

Pero un grupo de los directores de RiosySenderos.com, decidimos aprovechar de visitar algunos de los ríos de la zona central, que durante gran parte del verano, dejamos fuera del itinerario. Las razones sobran: mucho calor, muchos visitantes, o ambas. Pero en esta época otoñal, ambos factores desaparecen y concurrimos a estos ríos rezando que los excesos de los visitantes veraniegos no hayan ocasionado un efecto mayor.

Entre las alternativas que barajamos, cubrimos varios de los valles importantes de la zona Central, considerando desde la zona de San Felipe, hasta el límite de la VI y VII regiones. Al decidir recorrer nuevamente los afluentes del Río Tinguiririca, luego de una ausencia prolongada de parte nuestra, nos presentó ante ríos con un caudal razonable, pero disminuido, mucho más claro, y especialmente, truchas ya crecidas por la abundancia de alimento en el verano, pero muy dispuestas a seguir cargando reservas energéticas para el invierno inminente.

Pescando con Mosca en Zona Central de Chile

Pescando con Mosca en Zona Central de Chile

Al encontrarnos frente al río, la decisión de cuál mosca usar no se hizo esperar. La actividad de superficie suele ser escasa en esta época, por lo que utilizar ninfas resulta la estrategia más segura. Viendo los recodos que teníamos por delante, y pensando en recorrer bien el fondo de este río, decidimos optar por ninfas atractoras con cierto nivel de peso, de modo de llevarlas rápidamente al fondo. En esta categoría caen varios patrones, como las versiones Bead Head de las ninfas más clásicas, otras nuevas como la Copper John, o bien ninfas grandes (tamaño 10) lastradas, como fue lo que hizo Carlos.

Ninfa para enfrentar los ríos Cordilleranos de Chile Central en Otoño

Ninfa para enfrentar los ríos Cordilleranos de Chile Central en Otoño

El tamaño de la mosca resulta relevante, ya que mientras mayor parezca el bocado, más atractivo se vuelve a las truchas que no están en un modo claramente selectivo, sino que aprovechan la abundancia de insectos inmaduros en el fondo, para alimentarse en forma más oportunista. Ninfas tamaño 12 y 10 fueron nuestra norma.

… y el resultado no se hizo esperar.

Pescando con Mosca un río Cordillerano de Chile Central

Pescando con Mosca un río Cordillerano de Chile Central

Pescando con Mosca un río Cordillerano de Chile Central

Pescando con Mosca un río Cordillerano de Chile Central

Trucha Arcoiris pescada en Otoño en Chile Central

Trucha Arcoiris pescada en Otoño en Chile Central

Algunas de las principales ventajas de la pesca en los pre-cordilleranos de la Zona Central de Chile, durante Abril, incluyen la mejora en las condiciones del agua, tanto en visibilidad, como en temperatura y caudal, lo cual facilita a las truchas el buscar más alimento preparándose para el invierno o una próxima fase de desove (Junio en las marrones, Septiembre en las Arcoiris). Por lo mismo, resultó muy llamativo el tamaño comparativo de las truchas. En esta época pueden tener incluso hasta un 20% más de masa corporal que a comienzos de temporada, por lo que se transforman en verdaderos «trofeos» de la Zona Central de Chile.

Trucha Arcoiris pescada en Otoño en Chile Central

Trucha Arcoiris pescada en Otoño en Chile Central

Trucha cordillerana de Chile Central

Trucha cordillerana de Chile Central

Como conclusión, las condiciones y ventajas de la pesca de otoño en esta zona resultan evidentes. Para muchos podrá ser difícil comparar con aventuras especiales en otras latitudes más australes, pero el hecho concreto es que la pesca con mosca en esta zona mejora significativamente en estas semanas finales de la temporada.

Paisaje de un río de cordillera en Chile Central

Paisaje de un río de cordillera en Chile Central

Grandes secas, una mirada desde abajo

Cuando pescamos con grandes secas, normalmente elegimos la que nos da más confianza, con la que creemos nos irá mejor, aunque muchas veces más a los ojos nuestros que a los de las truchas. Como siempre, serán claves un buen lanzamiento y una adecuada presentación. Pero todo visto desde arriba, desde los ojos del pescador.

Resulta difícil hacerse una imagen del patrón elegido mirado por abajo cuando éste se encuentra flotando sobre la superficie del agua. ¿Qué tipo de silueta tendrá?, ¿Se verán sus colores reales o sólo tonos oscuros?, ¿Cómo influirá la falta o el exceso de luz?.

Para salir de dudas, hice unas pruebas fotográficas con algunas imitaciones de terrestres y de ratones, de gran éxito en la Patagonia, y que ustedes reconocerán fácilmente, pues varios de ellos los hemos publicado aquí en este mismo blog. Las fotos están tomadas bajo el agua, mirando desde abajo hacia la superficie, desde la perspectiva de las truchas.

Saquen ustedes sus propias conclusiones.

 

«Fat Albert»

 

 

«Big Ugly»

 

 

«Chubby Chernobyl»

 

 

«Chernokill Ant»

 

 

«Rainy’s Chernobyl  Ant»

 

 

«Felipe’s Ugly»

 

 

«Morrish Mouse»

 

 

«Steve’s Loco Mouse»

 

 

«Mouserat»

 

Nos vemos,

Carlos Correa F.
RiosySenderos.com

Ninfa «Reflex Pheasant Tail»

En la búsqueda de materiales alternativos para el atado de moscas, me topé con un trozo de cinta reflectante de las que se utilizan para reflejar la luz en la noche (señaléticas camineras, automóviles, cascos, etc.). Luego, tomé el modelo clásico de la ninfa “Pheasant Tail” y lo modifiqué agregándole sobre el abdomen un pequeño trozo de esta cinta reflectante, la cual protegí con algunas vueltas de alambre dorado y con una delgada capa de epoxi.  Sobre el wingcase le até una tira de tinsel perlado, al que también le apliqué una delgada capa de epoxi.

El resultado fue esta llamativa, lastrada y duradera ninfa que denominé “Reflex Pheasant Tail”, con inmediatos y excelentes resultados en los ríos cordilleranos de la zona central y centro-sur de Chile.

  

Receta de atado:

Anzuelo:   TMC 3761 o similar, en tamaños 16, 14 y 12.

Hilo: 8/0 café.

Cola: Fibras de cola de Faisán.

Abdomen: Fibras de cola de Faisán.

Lomo: Una tirita de cinta reflectante blanca cortada en “V” (puede ser marca «3M» u otra), y sobre ésta se agrega una delgada capa de epoxi transparente o similar.

Ribete: Alambre dorado fino.

Tórax: Fibras de cola de Faisán.

Wingcase: Fibras de cola de Faisán, y sobre éste, una tirita de tinsel perlado. Sobre el wingcase se le agrega una delgada capa de epoxi transparente o similar.

Patas: Fibras de cola de Faisán.

Cabeza:  Bead Head dorado.

 

Nos vemos,

Carlos Correa F.
RiosySenderos.com

La “Ranco Blackie”

 

Tal como la ven: no es más que una simple variación de la popular Woolly Bugger, pero que me ha dado capturas extraordinarias tanto en calidad como en cantidad. Sin duda que los materiales y colores usados han sido los factores determinantes de su éxito. Si bien la comencé usando en el Lago Rango y en las bocas de sus principales tributarios, con los años me fue demostrando su enorme eficacia en las bocas de los afluentes de otros lagos tales como el Puyehue, Rupanco y Llanquihue.

 

 

Para su atado prefiero utilizar anzuelos de calidad (como los TMC  777SP  u otro similar) en # 6 y # 8, y lo hago sin lastrarlos, pues esto me permite darle un mejor nado al patrón y a la vez controlar su hundimiento. Les recomiendo andar siempre con un set de ellas atadas en distintos tamaños. De seguro, la usarán antes de lo que se imaginan.

 

 

 

Atando la “Ranco Blackie”:

En el siguiente video se muestra la receta y la simple secuencia de su atado:

En este otro video se puede ver el nado bajo el agua de este patrón:

Nos vemos,

Carlos Correa F.
RiosySenderos.com

San Dragon – revisitada

Recién comenzábamos la tercera jornada de pesca del viaje, es decir, el penúltimo día de la temporada 2010-2011 y el nerviosismo generado por la anticipación de capturar grandes truchas-trofeo nos traicionaba. Es posible que haya sido sólo a mí, pero percibía ansiedad similar en mis compañeros de viaje. El lugar, uno de los lagos llamados “de transición” en la zona de Coyhaique, al cual nuestro amigo Franz – también director de RiosySenderos.com – llamó Lago Constelación.

La propuesta era clara: truchas grandes, enormes realmente, que estaban aprontándose a la escasez de alimento del invierno, por lo que se esperaba un sólido interés en … básicamente cualquier oferta adecuadamente visible y tentadora que pudiésemos presentarles.

La primera esperanza era que las truchas estuviesen dispuestas a subir a la superficie a atacar alguna de las grandes moscas secas. Pero Franz fue claro en decir que era poco probable. “Estas truchas salen a la superficie sólo en la mitad del verano y muchas veces en la presencia de las eclosiones de grandes Caddis.”

Aún así, varios lo intentamos al comienzo, separados en dos diferentes embarcaciones y con radios encendidas para comunicarnos cualquier novedad.

Con Franz y Franco recorrimos una de las bahías cruzando el lago. Los impactantes colores de otoño del bosque circundante intentaban distraernos de nuestra misión, pero la expectativa de las truchas que buscábamos nos permitió ganar momentáneamente ese tira y afloja con la naturaleza exuberante de la Patagonia.

Así pasaron varios minutos mientras diligentemente presentábamos algunos streamers – habiendo ya desechado la idea de las grandes secas. La idea de los streamers resultaba la más sensata, basada en toda la experiencia de pesca en otoño. Las grandes truchas buscan grandes bocados. “Un pequeño pez o una sanguijuela aportan mucho más que una gran ninfa o insecto alado” … obviamente.

Toda incógnita de los patrones ideales se despejó con un llamado de Carlos por la radio.

  • “Atento Rodrigo. Atento Rodrigo.”
  • “Aquí estoy, cuéntame.”
  • “Llevamos dos picadas, una de ellas se cortó.”
  • “Excelente. Que siga activa la mañana. … ¿Con qué picó?”
  • “Cambiamos hace un rato. Las truchas se tiraron a la San Dragon.”

… ¡por supuesto!

San Dragon con ojos de bronce oscurecido

San Dragon, versión normal, con ojos de bronce oscurecido

Las ninfas de libélula están presentes y activas todo el año. Además, por su tamaño, resultan una tentación mayor para estas truchas que buscan aprovisionarse de grasa para el invierno inminente.

Dicho y hecho, cambio de mosca, continuando con mi caña #6 y una línea shooting taper con un largo running line.

Franco, por su parte, decidió sumarse a la idea y apenas unos pocos lanzamientos después, veíamos como su línea desaparecía rápidamente en el agua, seguida vertiginosamente por el backing, todo acompañado por un moderado chirrido de su carrete. La fiesta había comenzado y una de las grandes arcoiris se había lanzado a la ninfa.

Franco Lama y una excelente trucha Arcoiris con ninfa de libélula

Franco Lama y una excelente trucha Arcoiris con ninfa de libélula

… Ok, ya está clara la historia, por lo que, para no alargarla con detalles fáciles de imaginar, puedo resumir en que durante la tarde tuvimos en total una docena de piques y seguidas visuales a nuestras ninfas, las cuales terminaron en media docena de robustas truchas levantadas y fotografiadas. Y en mi caso, una de mis gloriosas San Dragon simplemente destruidas por las fauces de estos trofeos.

Rodrigo Sandoval con una arcoiris capturada con San Dragon

Rodrigo Sandoval con una arcoiris capturada con San Dragon

Revisitando la San Dragon

Rodrigo Sandoval visitando Lago Espolón a comienzos de los '90

Rodrigo Sandoval visitando Lago Espolón a comienzos de los '90

El origen de la San Dragon se remonta a mis visitas anuales a los lagos en la zona de Futaleufú, en particular al Lago Espolón. Ese lago, en ese entonces – y según entiendo – hasta el día de hoy, tiene una población muy prolífica de truchas arcoíris. Su misma abundancia no les permite crecer demasiado, ya que la competencia por comida es brutal, pero esa misma competencia las hace extremadamente agresivas y voraces.

Ese mismo lago tenía incontables orillas rodeadas de juncos. Así es, esos mismos juncos en los que la mayoría de los mosqueros fijamos la vista cuando nos encontramos de visita en un lago nuevo. Sabemos que las truchas están por ahí. Sabemos que la razón de que estén ahí es la abundancia de comida que se da entre la vegetación. Los sabemos con claridad y no olvidamos jamás.

Me tomó un par de visitas darme cuenta de la abundancia de libélulas. Mis visitas veraniegas evidenciaban los adultos alados, pero al estudiar algo más de la vida inmadura de estos insectos me permitió entender mejor qué podía estar ocurriendo bajo la superficie.

Cuando lo entendí y comencé a utilizar las primeras versiones de esta imitación de ninfas, la pesca – incluso – se volvió monótona. Casi segura. Llegué a contar 30 piques en una mañana.

El diseño actual – y final … por ahora – de la San Dragon resultó de dos versiones anteriores. Los grandes ojos fueron considerados desde el principio, pero la primera versión usaba ojos de plástico. No me tomó mucho darme cuenta que si bien funcionaban, el contar con ojos más pesados ayudaba a hundir más rápido el patrón, y además el mismo peso en la punta permitía un nado más ondulado. Esta idea del sube-y-baja la obtuve de la acostumbrada técnica llamada “jigging”, que usan en el Hemisferio Norte, y que en ese tiempo había dado incluso lugar al reciente récord de trucha fario en los ríos de Arkansas en EEUU. A la siguiente temporada me topé con los ojos de bronce en forma de reloj de arena. Estos fueron la evidente solución y una de las modificaciones más fundamentales hasta ahora.

Rodrigo Sandoval con una arcoiris capturada con San Dragon

Rodrigo Sandoval con una arcoiris capturada con San Dragon

El segundo gran cambio fue en el cuerpo. Si bien, siempre consideré las patas de goma y el collar de pluma justo detrás de los ojos, el cuerpo original de chenille, muy similar a la Woolly Worm, no me convencía. La solución llegó por casualidad, cuando me quedé sin chenille en medio de una sesión de atado en la misma Carretera Austral, lo cual me propuso utilizar el sobrante de la misma pluma de marabou utilizada en la cola, sin cortarla. La torcí para formar un cordón y luego la enrolle sobre el cuerpo, pasando entre las patas de goma. El resultado fue un cuerpo del mismo color que la cola – que en realidad es el abdomen de la ninfa, con el añadido de que varias de las fibras de pluma de marabou le agregaban un toque de “vida” muy visible bajo el agua. Casi como teniendo movimiento por si solas, intensificando el efecto impresionista general del patrón.

Gran Trucha Arcoiris capturada con una San Dragon

Gran Trucha Arcoiris capturada con una San Dragon

Con el tiempo he vuelto a revisar la selección de ojos y he aceptado una segunda variación con ojos de cadena, que siendo plateados, le dan un brillo adicional para facilitar que la trucha ubique la imitación incluso a distancia. Además, el reducido peso de estos ojos permite pescar este patrón con comodidad y control en sectores bajos, lo cual en algunas ocasiones fue una diferencia fundamental.

De tal manera, esta es la receta actual de la San Dragon.

San Dragon, versión "light", con ojos de cadena de bolitas

San Dragon, versión "light", con ojos de cadena de bolitas

Receta de la San Dragon

  • Anzuelo               Mustad 9672 o Tiemco 376, de ninfas o streamer corto, tamaños 8 al 12
  • Hilo                       6/0 negro
  • Cola                       Una o dos plumas de marabou relativamente densas.
    Recomiendo el color negro por sobre cualquier otro, pero he sabido de versiones en verde oliva que han resultado exitosas.
  • Tórax                     Enrollado de la misma pluma de marabou como base.
  • Patas                     4 patas de elástico negro en dos tiras paralelas.
  • Collar                    Pluma de largas fibras de saddle negro.
  • Ojos                       Ojos de metal (bronce) o bolas de cadena (bead chain)
Trucha Arcoiris capturada con la San Dragon

Trucha Arcoiris capturada con la San Dragon

Atando la San Dragon

El proceso de atado y parte de sus detalles se explican en este video.

Video de pesca y atado de la San Dragon

Video de pesca y atado de la San Dragon

Pescando con la San Dragon

La presentación debe concentrarse en hacer pasear la mosca cerca del fondo y/o cerca de los juncos o cualquier otro tipo de estructura, como troncos sumergidos.

Respecto a la recogida, la técnica más utilizada, no sólo por mi mismo en un comienzo, sino que por todos mis conocidos es el stripping a tirones cortos y moderados. En los últimos años he podido comprobar, en especial en lagunas pequeñas, que el hand-twist o figura ocho, funcionan a la perfección, produciendo un nado ideal.

De todos modos, para entender bien como ocurre este nado, los invito a ver este video bajo el agua de mi amigo Carlos Correa.

Pesca con Mosca en Blanco y Negro, 2a parte

Complementando la primera selección de fotos de pesca con mosca en Blanco y Negro, esta segunda selección continúa esta idea con nuevas imágenes, que nuevamente salen de fotos originalmente capturadas en color y traspasadas a blanco y negro en un editor de imágenes.

La elección de imágenes adecuadas para ser pasadas a blanco y negro se basa en la calidad del contraste. Al eliminar el color de las imágenes, el cual puede ser incluso parte de la composición, cada fotografía queda intensificada en los contrastes de luminosidad. Estas imágenes en particular fueron hechas durante los días del Workshop de Noviembre 2010, en el cual se visitaron destinos como el Río Baker en su curso superior, el Río Cochrane, muy cerca de su nacimiento en el Lago del mismo nombre, y finalmente en las orillas del magnífico Lago Bertrand.

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Arcoiris del Río BakerVer Publicación Completa en el Sitio del Workshop

Pesca con Mosca en Blanco y Negro

Aún existen muchos fotógrafos que desarrollaron su afición (o quizás carrera) con película en blanco y negro. Incluso en la época actual, con la avalancha de fotos digitales a color, aún existe una mágica percepción de las fotografías en blanco y negro. Pero esta era moderna no excluye este formato de fotografías, sino que por el contrario, lo acoge en forma perfecta.

Hoy en día, gracias a la fotografía digital, crear una colección de fotografías en blanco y negro es tan fácil como procesarlas en un par de minutos, siempre y cuando las imágenes tengan las características de contraste de tonalidad (y no de color), adecuadas. Diversos fotógrafos de la escuela en blanco y negro, reiteradamente insisten en que “es necesario aprender a mirar en blanco y negro”. No se trata de imaginar la fotografía resultante en blanco y negro, sino que a aprender a reconocer el tono de los objetos que observamos. El tono se refiere a la cantidad de luz que reflejan los objetos y no al color. Por ejemplo, en uno de los libros del gran fotógrafo Freeman Patterson, se describe con claridad de que la Tonalidad es uno de los bloques fundacionales de la composición, sin importar si es en blanco y negro o color.

Siguiendo esta idea, este ensayo fotográfico de imágenes de la edición de Noviembre 2010 del Workshop de Pesca con Mosca y Fotografía, realizado en Río Baker, se armó con fotografías capturadas en color y procesadas en blanco y negro en el computador. En todas ellas, el énfasis técnico fue lograr composiciones interesantes, diferentes y llamativas, que finalmente resultaron en buenos resultados al ser pasadas a blanco y negro.

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Pesca con Mosca en Blanco y Negro

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Moscas Secas en Lago Bertrand en cinco pasos

La pesca en Lago Bertrand, en la austral Patagonia de Aysén, es una de las más llamativas y desafiantes. El lago, de un tamaño más bien grande, requiere ser recorrido en embarcaciones con motor, pero a la vez que permitan la maniobrabilidad suficiente para poder recorrer las orillas con detención.

En la recién pasada edición del Workshop de Pesca con Mosca y Fotografía, tuvimos la oportunidad de pescar el hermoso Lago Bertrand en un soleado día, que incluso nos dio horas de bastante calor, pero combativas truchas que se lanzaron ávidamente a nuestra grandes moscas secas, también llamadas popularmente «chalas».

Paso 1

Súbase a un bote y vaya hacia los sectores con orillas abruptas, pequeñas playas y especialmente rocas en la orilla. La orilla Oriente y la Poniente son generalmente igual de productivas aunque esto puede cambiar según el día y la hora, ya que a una de ellas le puede pegar el viento más directo que la otra. Los días medianamente nublados y con una brisa presente son los más productivos.

Avanzando por Lago Bertrand hacia la zona de pesca

Avanzando por Lago Bertrand hacia la zona de pesca

Paso 2

Que el guía en los remos controle el bote paralelo a la orilla a una distancia de entre 5 y 10 metros, de modo que un pescador en cada punta lance sus moscas hacia la orilla. Lance contínuamente. Sea paciente y aproveche de ir perfeccionando sus técnicas de lanzamiento y el ojo para detectar cualquier sombra que se mueva cerca de la orilla.

 

Pescando desde bote en Lago Bertrand

Pescando desde bote en Lago Bertrand, lanzando moscas secas hacia las orillas

 

Presentando una gran mosca seca a la orilla del Lago Bertrand

Presentando una gran mosca seca a la orilla del Lago Bertrand. En este caso es fundamental lograr poner la mosca a apenas 10 ó 15 cm de la orilla. La delicadeza de la presentación es irrelevante, e incluso se privilegia que la mosca salpique un poco al caer, de forma de llamar la atención de las truchas que estén al acecho.

 

Paso 3

Preocúpese de calibrar bien su lanzamiento logrando que la mosca caiga a no más de 10 cm de la orilla, siendo incluso válido darle un pequeño rebote en la roca o pared de la orilla en algunos casos. Esto logrará – tarde o temprano – despertar el instinto cazador oportunista de las truchas y más de alguna se abalanzará, a veces con mucha lentitud, a tomar esta mosca seca. Cuando tenga la tomada y logre clavar la trucha en el momento adecuado, prepárese para una pelea en la que deberá controlar la posibilidad de que la trucha se vaya hacia las rocas o juncos de la orilla. Mantenga la tensión constante en la línea.

Peleando una trucha desde un Cataraft en Lago Bertrand

Peleando una trucha desde un Cataraft en Lago Bertrand

Paso 4

Una vez que la trucha esté correctamente enganchada, preocúpese de hacer una pelea lo más corta posible y manipular la trucha con manos mojadas, e idealmente un chinguillo o copo grande para facilitar la maniobra desde el bote.

Luego, disfrute de ver cada trucha, con su diversidad de diseños, todas con una de estas enormes moscas secas en sus fauces.

Trucha Arcoiris del Lago Bertrand

Trucha Arcoiris capturada gracias a una variación de Fat Albert

Trucha Marrón o Fario del Lago Bertrand

Trucha Marrón o Fario del Lago Bertrand con una gran Fat Albert en sus fauces

Trucha arcoiris y una mosca en Lago Bertrand

Trucha arcoiris y una mosca en Lago Bertrand

Trucha marrón capturada en orillas del Lago Bertrand

Trucha marrón capturada en orillas del Lago Bertrand. En ocasiones conviene bajarse del bote para realizar la maniobra final con mayor facilidad desde el agua.

 

Pequeña trucha arcoiris del Lago Bertrand

Pequeña trucha arcoiris del Lago Bertrand que se lanzó agresivamente a una gran mosca seca presentada en la orilla, cerca de rocas.

Paso 5 y final

Siempre, siempre, siempre devolver la trucha con un mínimo impacto. Levantarla por no más de 15 segundos fuera del agua para la foto y luego sostenerla hasta que la trucha, por su propia fuerza, quiera irse, momento en el cual se afloja la mano para darle el espacio.

 

Soltando una trucha pescada en Lago Bertrand

Soltando una trucha pescada en Lago Bertrand

La importancia de los Anteojos Polarizados en la pesca

Como leí una vez por ahí, pescar en un río o lago sin anteojos polarizados es como buscar una moneda en la arena sin un detector de metales.

Hoy en día los anteojos polarizados (con filtro UV) han pasado a formar parte esencial de nuestro equipo de pesca;  veamos por qué.

Los anteojos polarizados  eliminan o disminuyen notablemente el brillo de la luz del sol reflejada sobre el agua, lo que nos permite:

–          “Ver bajo el agua” con más claridad y nitidez, lo que supone ubicar rápida y fácilmente los peces.

–          Vadear un río o lago con mayor seguridad, ya que, al “ver bajo el agua”, podemos detectar fácilmente sus diferentes obstáculos: piedras, partes hondas, palos, trocos, etc.

Además, con ellos:

–          Protegemos nuestros ojos ante los “malos casts” (golpes de anzuelos), ramas, mosquitos, etc.

–          Protegemos nuestros ojos de los dañinos rayos ultravioleta (UV) y ante la intensidad lumínica, que pueden ocasionarnos cansancio e irritación ocular, y en casos más graves, daños irreparables a nuestra visión.

En las tiendas especializadas encontraremos principalmente 2 tipos de anteojos polarizados, dependiendo del material del que estén fabricados sus lentes: de cristal y de policarbonato. Si bien el cristal es algo más pesado, resiste mucho mejor los golpes y ralladuras, además de entregar una visión más nítida. Por eso son más costosos que los de policarbonato. 

En cuanto al color de sus lentes, los más utilizados son los de color gris, café, cobre, ámbar y amarillo, todo ello de acuerdo a las condiciones de luz en que nos encontremos. Los colores más oscuros son recomendados para los días más luminosos, en cambio los colores más claros son los indicados para los días más nublados o de escaza luz.  Los hay también con lentes fotocromáticos que tienen la ventaja de oscurecerse dependiendo de la radiación ultravioleta presente. También es posible encontrarlos con lentes bifocales o graduados (ópticos). En todo caso, debemos tener presente que el efecto polarizador actúa mejor con días soleados y dependiendo del ángulo del sol en relación al pescador y al agua.

Asimismo, encontraremos numerosas marcas, modelos y estilos de anteojos polarizados; marcas que incluso se han especializado en la pesca, que es lo que más nos interesa. Lo importante, en todo caso, es elegir un buen par de anteojos que sean cómodos y agradables a la vista y que no distorsionen la visión. Aquí el gusto personal y el bolsillo serán los factores determinantes al momento de su elección.

Datos prácticos para el cuidado de sus anteojos:

–          Guárdelos en un estuche rígido (duro); así evitará roturas y ralladuras, alargando su  vida útil.

–          Límpielos con un paño de microfibras especial que existe para estos efectos, no sin antes haberlos humedecidos con un spray limpialentes (que venden en las ópticas). Nunca los limpie en seco ni utilizando la camisa o el pañuelo.

–          Utilice un cordón especial para mantenerlos colgados y asegurados al cuello, cordón que se conoce como “Eyewear Retainer”.

Sea cual sea el modelo de anteojos elegido, no deje de usarlos durante toda su jornada de pesca. Es más, este tipo de anteojos, dadas sus especiales características, es altamente recomendado para manejar automóviles y para utilizarlos en actividades al aire libre y  deportes outdoors tales como el velerismo, ciclismo, trekking, sky o golf.

 

Nos vemos,

Carlos Correa F.
RiosySenderos.com

La “Chernokill Ant”

En esta ocasión les mostramos la “Chernokill Ant”, otra exitosa variación de la reconocida “Chernobyl Ant”. Simple y fácil de atar, y por supuesto, fácil de pescar. Como su nombre lo dice, es una verdadera “asesina” a la hora de engañar truchas.

Dado que su cuerpo está confeccionado con Foam de 4 mm. (2 tiras de 2 mm. c/u pegadas), esta mosca flota como un corcho, característica que siempre busco en una seca impresionista como ésta. Su vistoso indicador de pique nos ayuda a no pederla de vista ni un segundo, incluso en aguas rápidas y movidas.

La he probado con excelentes resultados en las lagunas del Parque Nacional Puyehue, en el Río Maullín y el numerosos ríos de la zona de Coyhaique.

La receta para su atado es la siguiente:

Anzuelo: Orvis 2X Dry-Fly Hook, en Nº 6.

Hilo: Negro 6/0.

Cuerpo: 2 tiras de Fly Foam de 2 mm. color negro, pegadas una sobre otra con pegamento instantáneo (tipo cianoacrilato – la gotita). El pegado debe hacerse antes de comenzar a atar el foam al anzuelo.

Cabeza: Hilo rojo 6/0.

Patas: 2 pares de patas de elástico negro redondo por cada lado, atadas en “V”.

Ala: Un trozo de antron yarn blanco terminado en punta que hace las veces de indicador de pique.

Dato adicional en su atado: como la base del anzuelo sólo está cubierta con el hilo de atado (y no con chenille o dubbing, para que no absorba agua) preocúpense de atar firmemente el foam al anzuelo y cementarlo muy bien por debajo; de lo contrario, lo más probable es que el foam tienda a girar.

Aten este patrón en distintos tamaños y salgan a probarlo.

Nos vemos,

Carlos Correa F.
RiosySenderos.com